Este libro contiene algo más de lo que sugiere un título tan genérico como Arte e Iglesia. Antes de abordar el tema de la relación entre el arte y la Iglesia Cristiana, el autor ha juzgado necesario desentrañar el concepto de lo sacro, ensayando una descripción de su esencia, perfilando sus límites y previniendo al lector sobre su ambigüedad. Con esta base metodológica, desarrolla teóricamente el sentido que tienen para la Iglesia Católica tanto los lugares de culto como las imágenes sagradas. La obra recoge una síntesis histórica del tesoro cultural que ha ofrecido el Cristianismo a la Humanidad, y especialmente al mundo occidental, en ambos aspectos: la arquitectura sagrada y la iconografía religiosa. En las últimas páginas se añade un capítulo sobre los encuentros y desencuentros que, en el curso de los siglos, se han producido entre los jerarcas eclesiásticos y los profesionales del arte. Con una generosa ilustración acompañada de comentarios técnicos e histórico-estéticos, este libro está destinado especialmente a cuantos se ocupan del Patrimonio Cultural de la Iglesia o se interesan por él. Pero, al mismo tiempo, el número creciente de público no especializado, interesado en la historia y en el arte, podrá encontrar en este libro un tratado doctrinal e histórico del arte cristiano, explicado con gran rigor y claridad.
