Si recorremos la Argentina, quizás en un viaje turístico, no deja de sorprendernos los contrastes en la distribución territorial de nuestro país. Grandes urbes y sus ciudades satélites con importante densidad poblacional, gran movimiento empresarial y comercial. Mientras observamos otros territorios totalmente despoblados, con poco movimiento económico. Más aún nos sorprende, y especialmente si se trata de un turista extranjero que visita por primera vez esta hermosa tierra, el capital humano y lo digno de esas poblaciones pequeñas que de todas maneras, y a pesar de las adversidades siguen luchando por permanecer en sus tierras y construir allí su destino. Cuando Usted estimado lector conversa con los pobladores de estos territorios seguramente le contarán sus sueños, sus expectativas para mejorar su calidad de vida, le hablarán del dolor de ver partir a sus hijos a formarse y educarse en grandes ciudades. Y no poder volver jamás para desarrollarse profesionalmente en la tierra que los vio nacer. Probablemente Usted también tenga una historia de vida relacionada con lo que aquí estamos relatando.
