Un grupo de amigos ayacuchanos conversa en una cantina donde las nostalgias del pasado cobran otro matiz al mencionarse los actos cometidos por la violencia subversiva. El mismo recuerdo también persigue a Evangelina una intelectual de izquierda que regresa a su ciudad natal tras sobrevivir a la época de terror. Manuel Bajalqui nos revela su infancia y sus años de formación a través de las historias que le contaba su abuelo don Gerardo unos relatos que concilian el mito y la realidad que definen la identidad andina. Estas tres historias paralelas y alternadas hacen de Criba una novela que ofrece un retrato de la sociedad ayacuchana muy en especial con el horror que se vivió en los años ochenta