De regreso a casa, Penny ha encontrado un penique junto al Pozo de los Deseos. Le encanta encontrarlos, sobre todo si cayeron de cara. ¡Traen más suerte aún! Pero, cuando Penny se dispone a echarse al bolsillo su penique, aparece de entre los arbustos un pequeño dragón que lo reclama. Ambos lo llaman suyo, ambos lo desean. ¿Cómo resolverá Penny esta situación?