Ningún otro movimiento del arte europeo parece tan difícil de definir como el Romanticismo, vago en sus puntos de partida, a menudo contradictorio en sus manifestaciones, impreciso en sus límites temporales. Reconociendo la complejidad del propio fenómeno, Hugh Honour no ha querido elaborar en este libro una visión simple y conclusa del arte romántico ni escribir su historia, sino espigar e iluminar al guno de los impulsos básicos que le dieron cohesión: su experiencia de la naturaleza, su conciencia del pasado, su sentir religioso, su ideal del artista. La abundancia y diversidad de las obras comentadas en estas páginas, la referencia constante ala literatura contemporánea y la rareza de gran parte del material aquí reunido contribuyen a hacer de esta obra una presentación singularmente viva y sugerente de un gran capítulo de la cultura de Europa.