desde que descubrió a los krippys, esos bichos invisibles taaaaaan frescos, víctor no tiene ni un minuto para tumbarse a la bartola. ahora debe evitar que los niños de la ciudad se coman a unos que parecen caramelos y que otros que adoran el metal devoren la silla de ruedas de su amiga luisa. ¡esto sí son tareas y no las del cole!