Todos sabemos que los besitos de mamá curan... Pero, ¿qué pasa cuando son los abuelos quienes necesitan esos besitos?
El proceso de envejecimiento de nuestros mayores a menudo viene acompañado por la enfermedad o por el deterioro mental. Patologías como la demencia senil o el Alzheimer provocan incapacidad y requieren cuidados constantes por parte de los hijos u otros familiares. Para el niño resulta difícil comprender que un adulto pierda el control de sus actos, o tenga lagunas de memoria. Y para sus padres ejercer de padres de sus hijos y de sus propios progenitores es fatigoso y poco gratificante. Por este motivo hemos querido explicar, de forma comprensible para ellos, la evolución de la enfermedad al tiempo que se exponen las acciones recomendadas para estimular la memoria y las capacidades perdidas. No existe tratamiento médico para mitigar los efectos degenerativos de la vejez. Si acaso, las únicas medicinas efectivas son el amor y el afecto. Y los niños son la mejor fuente de ambas cosas.