Hace mucho tiempo, en un país lejano en el que el invierno podía durar hasta tres años, vivía una mujer. La mujer tuvo un hijo al que amaba. Lo amaba tanto que decidió que su hijo no viviría las cosas terribles que suceden en la vida. Abandonó su hogar y su ciudad, y construyó una casa en un lugar al que no llegaban los caminos ni los puentes. Ella cuidaba de él y eran felices. Pero una noche la mujer murió