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Pienso, Luego, Exito: De la Mediocridad a la Excelencia
Manuel Gallarzo
Synopsis "Pienso, Luego, Exito: De la Mediocridad a la Excelencia"
¿Cuál es la fórmula para progresar? ¿Qué es lo que hace que algunas personas consigan prácticamente todo lo que se proponen mientras que la inmensa mayoría vive con esa sensación de frustración y de que podrían ser mucho más de lo que son en este momento? No hay un “abra cadabra”. No hay un santo grial, ni una piedra filosofal. El verdadero progreso es atraído por fuerzas de la voluntad humana y llega en etapas. Empieza inconformándose con lo que somos desatando una búsqueda hacia nuestro interior.El éxito no es relativo, nosotros lo somos. El éxito no se persigue, se atrae, como el imán a los metales ferrosos. El éxito es el punto de equilibrio entre lo que podríamos haber sido y lo que hemos llegado a ser. Persigue convertirte en una persona valiosa. Conviértete en tu propia marca. Desarrolla un producto o un talento por el que la gente esté dispuesta a pagar. El dinero y las buenas cosas de la vida vendrán como consecuencia. En el trabajo como en la vida, siempre las personas nos podemos categorizar o clasificar en una escala que va desde la mediocridad hasta la excelencia. La mayoría de la gente se compromete en un nivel medio o bajo. No quiere compromisos, no quiere riesgos, no quiere sufrir. En estadística son la media, su individualidad está perdida entre la generalidad.Los verdaderos enemigos del progreso no son la pobreza o la ignorancia, ni siquiera la corrupción o la ineptitud; es el conformismo que lleva a la mediocridad, porque es un pesado lastre que termina por estancarnos. Las personas estancadas huelen mal, como el agua que no corre. Nada será diferente en tu vida mientras sigas en el mismo lugar haciendo lo mismo.El talento y la inteligencia son invaluables en el proceso de desarrollo, pero no lo son todo. Se requiere, además, de una actitud proactiva que conquiste la voluntad. Una persona que no es capaz de poner freno a sus emociones, canalizar su ira, superar el miedo y entender a los demás, no podrá nunca sentirse exitoso, aunque esté rodeado de fama y fortuna. No se trata de llegar a donde otros han llegado ni de ser mejor que nadie; ser rico o famoso, se trata de llegar a donde cada quien podría llegar, de ser mejor que sí mismo en una línea de tiempo constante. En pocas palabras, de ser diferente al promedio
