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Sanidad Divina: Un Enfoque Biblico: Departamento de Educación Teológica de la Universidad Libertad
Libertad, Universidad
Synopsis "Sanidad Divina: Un Enfoque Biblico: Departamento de Educación Teológica de la Universidad Libertad"
El diccionario define la palabra pacto de la siguiente manera: Acción y efecto de pactar. Convenio, acuerdo firme entre dos o varias partes. O sea, un contrato formal, solemne y obligatorio especialmente para cumplir alguna acción o transferir bienes, por lo general modificado bajo ciertas condiciones. La Biblia es en realidad un pacto que revela lo que Dios va a hacer por su pueblo y bajo qué condiciones. Muchos estudiosos prefieren los términos antiguo y nuevo pactos en vez de Antiguo y Nuevo Testamentos. Por cierto, el antiguo pacto contiene varios pactos menores, algunos son condicionales y otros incondicionales. En Exodo 15.26 Dios formaliza un pacto de sanidad con su pueblo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. (Léase el contexto, vv. 22-27.)En este pasaje, denominado el pacto de sanidad divina del Antiguo Testamento, Dios no sólo se compromete a sanar, también revela uno de sus nombres Jehová-rapha. El Señor realmente dijo: Yo soy Jehová tu sanador; este es mi NOMBRE. En el Antiguo Testamento (Pacto) encontramos al menos nueve nombres de Jehová y cada uno revela una faceta específica de la naturaleza de Dios. Otros nombres compuestos que revelan la naturaleza y la relación de compromiso de Dios son: Jehová-jireh, Jehová proveerá; Jehová-sidkenu, Jehová, nuestra justicia; Jehová-rá-ah, Jehová, nuestro pastor; Jehová-Shalom, Jehová de paz o prosperidad; y Jehová-sabaoth, Jehová de los ejércitos. No obstante la naturaleza de nuestro Dios, revelada en la expresión de uno de sus nombres, nunca deja de relacionarse con su pueblo. A partir de este pacto revelado en Éxodo 15 sabemos que el Señor nunca dejará de sanar a su pueblo. Nosotros, por otra parte, debemos entender que esta promesa es condicional. Para recibir la sanidad, debemos ser obedientes a sus deseos.