MIRADA AMBIGUA DE POETA México, a mà me trae recuerdos que nunca soñé. Recorro sus calles que reconozco por las pelÃculas de vaqueros del oeste que llegaban a mi patria adolorida, y que veÃamos, alborotados, los niños en la única televisión del barrio, en blanco y negro, de esos años dulces de la infancia. Al leer los poemas de José Balaam en su opera prima âSecuenciasâ, me reencuentro con esas imágenes convertidas en poemas, versos que traen consigo metáforas que nos seducen al hablarnos del amor y del desamor. Dos personajes al mejor estilo mexicano rescatan las vivencias de una subterfugia vida que, deseando anclarse en los albores del presente, viaja inmisericorde por los destinos más pueriles de la fantasÃa. El poeta toma conciencia de su realidad, asume su papel de dios de las pequeñas vanidades y lanzándose al ruedo invierte la sangre de sus venas y el sudor de sus conocimientos en idealizar a una musa, y no a cualquier musa, sino a una que él ha creado a su imagen y semejanza, tanta es la fuerza de su dedicación que consigue que ésta trascienda lo mundano, lo artificial y se presente como la elegida ninfa de los sueños dislocados del autor. Se levanta entonces como la solución a los sueños del hombre que desea ser poeta en esas extensiones de la vida, donde extiende sus alas para poder soñar, pero no lo consigue, no entiende que la vida está hecha de la materia de los sueños, entonces despierta y sabe que no puede volver a ese lugar donde ha reconocido al amor y ha rozado sus labios incandescentes en el domicilio clausurado del desamor que negro se envanece y crece presentándose como el verdadero referente de la verdad.Entonces invoca en su opera prima La primera interrogante 
