Esta antología de cuentos es el resultado del trabajo de siete escritoras y un escritor que labraron durante cuatro meses un puñado de piezas literarias cuidadosamente elegidas. Su refugio fue el Taller Literario de la librería Qué Leo de la ciudad lacustre de Frutillar (Chile) durante el 2018. En este texto se reúnen historias íntimas que fueron sacadas de realidades disímiles y convertidas en pequeñas fotografías de ficción con el pequeño gran deseo de trascender y perdurar. Entendieron que las historias están para ser contadas y también para ser narradas, y que si se quedan en el tintero no sólo serán olvidadas sino que jamás existieron. Así comenzaron a perder ese sabor pudoroso que todo novel escritor saborea de manera esquiva cuando sus textos comienzan a dar sus primeros pasos y asimismo llegan a otras manos y otras miradas. Esto es lo místico de la literatura: las historias son prestadas para que otros las profanen perpetuamente.
