Hoy estamos recordando la vida terrenal de Virgilio Barco, pero también estamos decantando su legado, sus mensajes, su tradición, su ejemplo para nuestro país. Y es muy importante ponerlo en un contexto. Virgilio Barco fue siempre un hombre de desafíos. Un hombre de desafíos. Un hombre que quiso la política y que la entendió como el arte del servicio. Un hombre que tuvo una gran conciencia social. Y que de pronto muchos de los historiadores lo han ido recreando en ese bello libro de Malcolm Deas o en el de Leopoldo Villar, llamado El último liberal.