No podemos disfrutar plenamente de algo que nos agrada o nos brinda felicidad, si no lo compartimos. Al dar lo que tenemos, en lugar de empequeñecerse o perderse, se expande. Es esta idea, quizás, la que me motivó a escribir sobre Yoga y Embarazo. Si bien toda clase de Yoga implica un enriquecimiento recíproco del profesor y de los alumnos, cuando trabajamos con embarazadas este intercambio se hace más palpable. Veremos que una mamá llega con una molestia acuciante, una angustia, o simplemente una duda, y nosotros, o mejor dicho, el Yoga, puede brindarle elementos que harán más llevadera su situación. Y nosotros sentimos ese gozo profundo de estar colaborando con la obra maravillosa de la naturaleza.